1. Has ejercicios de línea todos los
días, sobre todo antes de dibujar. Esos te servirán como calentamiento y te
ayudaran a soltar la muñeca.
2. Sostén el lápiz con todos tus dedos y
moviendo el este con tu muñeca, codo y hombro. Así tu trazo será más fluido y continuo
sin una línea temblorosa que haga lucir mal tus dibujos. Solo en casos de
precisión y detalles pequeños agarra el lápiz como si estuvieras escribiendo.
También puedes graduar la distancia entre tu mano y la punta del lápiz si
quieres líneas más cortas o largas.
3. Gradúa el ángulo del lápiz para
conseguir diferentes efectos en tu trazo.
4. Suelta la muñeca y trata de hacer
trazos completos, es decir, líneas completas en vez de muchas líneas que formen
otra line. Eso ensucia el dibujo. Esto también depende de la expresividad que
quieras dar
5. Las líneas curvas dan belleza y
dulzura mientras que las líneas rectas dan fuerza. Haz que tu dibujo tenga una
combinación adecuada de ambas para lograr que se vea balanceado.
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